Preanalítica, el Enemigo N°1 en la Interpretación de Exámenes – redanimal.cl

Preanalítica, el Enemigo N°1 en la Interpretación de Exámenes

Cuando se toma un hemograma, ya sea con el objeto de monitorear el estado general del paciente, definir un diagnóstico o evaluar el progreso de una enfermedad, hay que tener en consideración que los cambios del hemograma son inespecíficos y se pueden asociar a varias enfermedades. No obstante, este examen es de gran utilidad debido a la gran variedad de información que puede ofrecer en un animal enfermo siempre y cuando los resultados sean fiables y representativos del problema base. En este sentido los exámenes de sangre además de saber interpretarlos, hay que conocer las infinitas variables que pueden hacer variar un resultado entre paciente y paciente, como son las variables biológicas (Raza, edad, sexo, etc) y las variables técnicas como la recogida y el manejo de la muestra.
En términos generales la recogida de la muestra tiene que ver con la técnica de muestreo y el ayuno, excitación, sedación al momento de la toma de muestra. El manejo de la muestra se relaciona con el uso correcto del anticoagulante, con el almacenaje y el transporte de la muestra. Ambas se consideran como fase pre analítica, por ende, podemos señalar que ésta comienza con la orden médica de los exámenes, la preparación e identificación del paciente, la toma de muestra como tal, el almacenamiento y transporte hacia el laboratorio, y termina cuando la muestra es analizada en el laboratorio, dando inicio a la fase analítica.

Así, para que los resultados entregados sean cien por ciento confiables o representativos de lo que pasa en el paciente en un momento dado, se debe conocer y manejar cuáles son los principales errores pre analíticos en medicina veterinaria, y en este contexto el no tomar una correcta muestra de sangre es la principal causa de este tipo de errores.

Lo primero a considerar para una correcta toma de muestra es respetar el ayuno del  paciente que, si bien en hematología muchos consideran que no están importante, una lipemia postpandrial puede provocar falsas lecturas de la hemoglobina y con ello alterar parámetros como el HCM y CHCM. Así mismo, hay que tener en consideración que la muestra se debe tomar con el paciente en un ambiente lo más tranquilo posible y no provocar susto o excitación, ya que la activación del sistema simpático provocara cambios en las 3 líneas celulares estudiadas en un hemograma, resultando en policitemia relativa, neutrofilia fisiológica acompañada de linfocitosis en felinos y a nivel de plaquetas se podría
producir una trombocitosis. Si el paciente no se puede manejar por agresividad, el médico puede usar algún tipo de anestesia o sedación para tomar la muestra, pero debe ser consciente que esto también provocará alteraciones en el hemograma producto de una esplenomegalia en el animal con el subsecuente secuestro esplénico de las líneas celulares.

Otro punto a considerar es el uso del anticoagulante indicado y la proporción sangre/anticoagulante. Al respecto, el anticoagulante de elección en hematología es el EDTA K2, el cual se debe llenar con sangre hasta una marca predeterminada que tiene el tubo, ya que un exceso de anticoagulante nos provocará alteraciones morfológicas de los. eritrocitos y alterará variables cuantitativas del hemograma como el VCM y con ello el hematocrito del paciente y subsecuentemente alterando parámetros como el CHCM. Con respecto a la técnica de venopunción lo que se recomienda es no usar torniquetes por mas de 10 segundos, usar venas de gran calibre como la yugular y el uso de agujas de 21G,

evitando “explorar” con la aguja y evitar la excesiva presión al succionar, ya que esto favorecería la presentación de agregados plaquetarios y la presentación de la hemólisis in vitro entre otras alteraciones hematológicas. Posterior a la extracción la sangre debe ser depositada destapando el tubo, desconectando la aguja de la jeringa y escurriendo la sangre por las paredes del tubo en forma lenta, de tal forma de minimizar la hemolisis in vitro. Una vez dentro la sangre, el tubo sebe ser homogenizado con movimientos lentos y delicados por la técnica de inversión al menos unas 8 veces, ya que de lo contrario la mala homogenización sangre/anticoagulante favorecería la presentación de agregados plaquetarios. Por último, una vez llenado el tubo, la muestra para obtener un hemograma fiable debe analizarse lo antes posible, describiéndose por literatura un tiempo ideal de 6 horas, ya que a las 6 horas los eritrocitos empiezan a tener cambios morfológicos asociados al EDTA con un aumento del VCM y por ende del hematocrito con la subsecuente disminución del CHCM. Por otra parte, una exposición prolongada al EDTA en la serie blanca puede provocar cambios morfológicos en los neutrófilos como vacuolización del citoplasma y condensación del núcleo. A nivel de plaquetas la exposición prolongada al EDTA también favorece su edematización y con ello a aumentos erróneos del VPM, como también favorecer los agregados plaquetarios. En definitiva, cuando nos sentamos a interpretar un hemograma antes de empezar a pensar en causas de trombocitopenias, en causas de macrocitosis o microcitosis, en causas de aumento o disminución del recuento celular, debemos preguntarnos primero si estos resultados pueden ser productos de algo que no realicé bien en la toma o manejo del paciente o de la muestra, recién ahí estaremos en condiciones de emitir un juicio diagnóstico. Esto es de vital importancia ya que los errores pre analíticos se consideran como los más importantes a la hora de evaluar los posibles errores de un hemograma, llegando a ser mas del 60-70% de los casos y considerando que, si usted realiza un hemograma es con el fin de tomar una decisión médica del caso de su paciente, por lo que dicha decisión debe estar libre de errores tanto voluntarios como involuntarios.

Dr. Denis Alvarez Mella
Medicina Interna-Hematología Clínica